Santa María del Camino

DESCRIPCIÓN:

Esta iglesia románica fue construida a mediados del siglo XII, durante el reinado de Alfonso VII (1126-57). Desde su construcción, se dedicó a la Virgen de las Victorias. Se le da el título de las Victorias en alusión a la derrota sufrida por los musulmanes, cuando llegaron a Carrión a cobrar el “Tributo de las Cien Doncellas”. Los cristianos del rey Mauregato, tenían que pagar a Miramamolín con cien muchachas, correspondiendo a Carrión la entrega de cuatro. Al salir de la localidad las muchachas pidieron permiso para despedirse de la Virgen, que al oír sus rezos, hizo aparecer cuatro toros, que pusieron en fuga a los musulmanes, dejando libres a las muchachas. Desde un primer momento, esta iglesia se llamó Santa María de las Victorias en memoria de la victoria sobre los moros, como quiere la tradición, aunque seguramente haga referencia a la victoria lograda por Bermudo I sobre los musulmanes, o a la de Alfonso III, quien tras derrotar en Zamora en el año 901 a los moros, llegó a Carrión donde lo celebró. De cualquiera de estos triunfos bélicos tomo nombre el templo.

Más tarde, se llamó de Santa María del Camino por estar al lado de la ruta jacobea, y desde entonces se conoce con ambos nombres.

El edificio, construido en piedra de sillería, es de grandes dimensiones si se compara con otros templos románicos de la provincia y en general, de la Península. Su planta es basilical y se ajusta al románico primitivo, con influencias francesas debido al paso de los peregrinos hacia Santiago. Presenta tres naves de cuatro tramos, siendo más ancha la central, con sendos ábsides y crucero que no sobresale lateralmente pero sí en altura, pues iguala la de la nave central, además de albergar una espadaña campanario al pie de la iglesia.

La capilla mayor fue derribada en el siglo XVII bajo el patrocinio del obispo de Palencia Juan del Molino Navarrete, para levantar un gran presbiterio barroco, con arcos y bóveda ojivales y un pesado cimborrio. Aún se observa, sin embargo, el arranque del primitivo ábside románico con sus columnas y capiteles. El ábside del norte está oculto por los edificios cercanos, pero el del sur queda visible desde la calle.

Al pie de la iglesia, al oeste, hay una portada con un muro de ladrillos y reabierta a finales del siglo XX. Además ésta posee triple arquivolta de medio punto, la central apoyada en capiteles historiados y columnas lisas. Sobre la portada encontramos una hornacina donde estuvo durante siglos una imagen de la Virgen en madera que ahora se guarda en el interior, colocando en su lugar una réplica de piedra. En 2001 se restauró esta portada sustituyendo las columnas originales, muy deterioradas, por otras nuevas.

La portada que normalmente se utiliza se abre en el penúltimo tramo del muro del mediodía; es pequeña, entre dos arbotantes y cubierta en tiempo mucho más reciente por un contrafuerte con techumbre artesonada. Es en esta portada donde se encuentra la decoración más interesante, aunque está notablemente deteriorada y su ejecución es bastante tosca.

pdfFicha de la iglesia de Santa María del Camino.

 

RECURSO TURÍSTICO IGLESIA DE SANTA MARIA DEL CAMINO
CATEGORÍA: Manifestación Cultural
TIPO: Arquitectura y Espacios Urbanos
SUBTIPO: Iglesia
DECLARACIÓN: Monumento BIC (declaración 27/04/2000)
 UBICACIÓN
Castilla y León
Palencia
Carrión de los Condes
Pza. de Santa María , 1
979 88 00 72

ÉPOCA: s. XII
ESTILO: Románico
CONSERVACIÓN: Buena
TITULARIDAD: Diócesis Palentina
USO ACTUAL: Al culto religioso
ENTRADA: Gratuita
HORARIO: De 11:00-13:30 / 17:00-19:00 (Octubre-Marzo) De 09:00-14:00 / 16:00-21:00 (Abril-Septiembre)
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Esta portada meridional, comenzada hacia 1130, está formada por cinco arquivoltas de medio punto en las que se alternan orlas ajedrezadas con una tosca guirnalda de pámpanos y racimos. Las arquivoltas segunda y cuarta se apoyan en cuatro capiteles historiados que parecen hacer alusión al célebre tributo de las cien doncellas

En los capiteles del lado izquierdo aparecen unos hombres barbados, quizá los moros, y unas mujeres, quizá las doncellas. La entrada está flanqueada por cuatro ménsulas con forma de rudas cabezas de toro. La segunda arquivolta exterior muestra una serie de personajes variados, esto es nuevo en el románico castellano, aunque ya se había hecho en el navarro y aragonés. Representa un conjunto de motivos aparentemente no relacionados entre sí, ni con el resto de la portada, aunque pueden establecerse algunas agrupaciones según determinados temas, como los oficios, los músicos o los vicios. En las enjutas o albanegas están representados dos jinetes que simbolizan la lucha del bien contra el mal y parecen ser, a la izquierda, Sansón o quizás David sobre un león y a la derecha, un caballero cuyo caballo pisa a un hombre en el suelo que podría ser el emperador Constantino, Carlomagno o Santiago matamoros. Estas dos figuras de las enjutas están mutiladas por los arbotantes.

El largo friso superior también fue alterado por la colocación de los arbotantes, de forma que los extremos quedaron en la cara interior de estos. El friso representa el ciclo completo de la Epifanía. De derecha a izquierda, comienza con el rey Herodes sentado en su trono dando la orden de la matanza de los inocentes a sus súbditos, estos en el arbotante. A continuación están dos de los Magos dirigiéndose hacia el palacio y luego el otro Mago preguntando dónde había nacido el Mesías a Herodes, que aparece de nuevo en su trono, escuchándole.

Después se pueden ver tres figuras a caballo muy deterioradas, que parecen ser de nuevo los Reyes Magos en su viaje a Belén. Siguen de nuevo los tres Reyes Magos, el primero todavía en el muro, y los otros dos ya en el arbotante en actitud progresiva de adoración a Jesús y ofreciéndole sus presentes. Finalmente se puede apreciar una imagen de la Virgen sentada en un trono con el Niño descabezado en su regazo recibiendo las ofrendas.

Sobre el friso, los canecillos, con figuras variadas, y las metopas sostienen una cornisa ajedrezada. Se conservan nueve canecillos entre los dos arbotantes, pero teniendo en cuenta la longitud que tenía el friso en origen, es probable que antiguamente hubiera trece  canecillos y doce metopas. En los canecillos abundan las figuras de animales, tanto reales como imaginarios, aunque hay varias humanas; de derecha a izquierda son: una cabeza de animal que puede ser una ternera o una vaca, una arpía, una máscara, un águila con las alas extendidas, un animal de espaldas (quizás un oso), un contorsionista, un hombre con lo que parece un arpa a su izquierda, un animal fantástico y un personaje con una carga a hombros. En las metopas se representan animales y algunos de los signos del Zodiaco; de derecha a izquierda son: una cabeza de toro (Tauro), un animal descabezado por el canecillo contiguo, quizás un carnero (Aries), un elefante cabalgado por un hombre con una vara, una especie de serpiente enroscada (Escorpio), un animal que parece un ciervo con decoración vegetal (Sagitario, representado por su presa), una mujer alada sosteniendo una balanza que puede ser Libra o Virgo, dos aves con los cuellos entrelazados, dos leones sobre ellas y un león (Leo).

La capilla mayor fue reconstruida, como queda dicho, entre 1682 y 1683 según un proyecto de Felipe Berrojo de Isla patrocinado por el obispo Molino Navarrete. El resultado fue un amplio presbiterio de planta rectangular en dos tramos separados por un arco toral. El primero queda cubierto por una cúpula ciega con un sencillo antepecho y ocho columnas salomónicas que delimitan otras tantas pechinas decoradas con las armas del escudo del obispo.

El segundo tramo, más corto, se cubre con bóveda de lunetos. Toda la decoración está hecha con yesería, a veces policromada. En ambos muros laterales del primer tramo se abren sendas hornacinas rematadas con las armas del obispo y enmarcadas por dos columnas rematadas con florones. Dentro de ellas están los sepulcros del obispo Molino (Evangelio) y de sus padres (Epístola), con esculturas de madera pintadas imitando al alabastro. El retablo mayor, realizado por Santiago Carnicero, no se colocó probablemente hasta 1685. Por esta época se debió de restaurar todo el edificio, que al parecer, estaba en mal estado. Se reconstruyó la bóveda de la nave central en ladrillo, levantándola hasta la altura de la espadaña, lo que permitió añadir ventanales que mejoraron la iluminación; y también los contrafuertes de la fachada meridional para evitar su hundimiento.

En el interior hay arcos levemente apuntados separando las naves; aunque este tipo de arco es típico del estilo gótico, ya se empezó a utilizar a principios del siglo XII, y de hecho, se cree que esta iglesia es una de las primeras que lo incorporaron. Los arcos se apoyan, mediante impostas lisas o con decoración vegetal, en pilares cruciformes, sin columnas adosadas, que a su vez descansan en zócalos cilíndricos. Los pilares que delimitan el crucero son más gruesos y complejos, pues también sostienen la cúpula. Las naves laterales están cubiertas por bóvedas de cañón reforzadas por arcos fajones que delimitan sus tramos; probablemente la bóveda de la nave central también seguía este esquema. En el lado del Evangelio está la Capilla del Cristo del Amparo, también llamada de los Calderones por los escudos referentes a este apellido.

Al otro lado de los pies de la iglesia se encuentra la escalera de caracol metálica del siglo XX por la cual se accede al coro desde el cual suena el órgano barroco, obra de Tadeo Ortega. A los pies de la escalera se colocó el bello sepulcro de Juan de Pax, sacerdote que a finales del siglo XV llegó a Carrión para testimoniar la reforma de los conventos carrioneses.

En el lado del Evangelio también está la capilla de Nuestra Señora del Pópulo, conocida como capilla del  Clérigo Pastor por haber sido dotada por el clérigo Antonio Pastor, cuyo retrato, atribuido al taller de Velázquez o a su suegro Pacheco, aparece al pie de la Virgen del Pópulo en un altar de madera dorada. La losa sepulcral del fundador tiene esta inscripción: Aquí yacen los restos del Licenciado don Antonio Pastor, que murió en Sevilla el 1º de mayo de 1656 y fundó esta obra pía. En esta capilla hay además una lápida de los beneficiarios de la residencia de Nuestra Señora de las Mercedes (asilo), además en una hornacina se ha colocado recientemente la imagen de la Inmaculada Concepción obra sevillana de Alonso Cano, que procede del monasterio de San Zoilo  encargada en su periodo jesuítico y entregada a la iglesia de San Francisco en 1959.

PARTICULARIDADES:

En el arco de la puerta principal están talladas en piedra las doncellas y los toros que aluden a la Leyenda de las 100 Doncellas y cuyo cuadro podemos admirar en el interior de esta iglesia, mantenido por tradición oral durante más de trescientos años (siglos IX-XII), así como cuatro dovelas en forma de cabeza de toro protegiendo la entrada. Si no fuera así, no tendría explicación la existencia de estas tallas, resultando extraño en un templo cristiano. Por tanto, resulta indudable que la iglesia se construyó con motivo de tan inolvidable milagro. Además, en la misma iglesia se conserva un cuadro sobre tabla del s. XVII que ilustra el suceso.

OBSERVACIONES

No dispone de acceso para personas con dificultades de movilidad.